"Pasar el cepillo a contrapelo" | Revista Inrockuptibles, octubre de 2008

Por Ana Wajszczuk.

Las primeras obras de Mariana Eva Perez nacieron para el público dentro del marco contenedor de Teatro x la Identidad: como hija de militantes desaparecidos y nieta de dos abuelas de Plaza de Mayo, su cantera de trabajo ha sido las huellas y fisuras que la dictadura ha marcado en la historia de su generación. Sin embargo, lo que separa su producción de TxI e impulsa a las dramaturgias de la memoria a un nuevo interrogante es la subversión que se da en sus obras de los lugares comunes sobre los hijos de desaparecidos. Con el estreno de Ábaco, su primera puesta fuera del circuito TxI, Perez confirma esta vocación de pasar el cepillo a contrapelo a su historia privada y a la historia social y política del país. La obra, con una puesta en escena austera que realza el drama –entendido en su sentido originario de acción-, es un monólogo escrito a la manera de un poema, que se carga en la sentida interpretación de Cecilia Belmonte como la nieta que cuenta los medicamentos que la abuela que la crió y hoy no le habla necesita tomar para sobrevivir. La tensión se mantiene por el contrapunto con la iluminación y un segundo personaje en escena, que permite al espectador transcurrir sin agobiarse por ese amor contradictorio entre la abuela y la nieta que “le dejaron”. Sin idealizaciones y lejos de lo políticamente correcto, Ábaco explora y desarma estereotipos sobre lo que significa ser un “hijo de desaparecidos”, pero logra, además, ir más allá e interpelar al espectador dándole cuerpo a las contradicciones y fragilidades de los vínculos familiares, mostrando un mundo privado que siempre y en toda situación es también político.

1 comentarios:

Veronica dijo...

"Pasarle a la historia, un cepillo a contrapelo" eso es de Walter Benjamin. Qué alegría encontrarlo aca también...

Saludos.